• El día que la luna desapareció

El día que la luna desapareció

Cuento infantil
autora: Paula Coliqueo

El día que la luna desapareció

En la Vía Láctea se encontraban todos los Planetas reunidos deliberando un problema. Estaban cansados de que la Luna sea la protagonista de todas las noches de la Tierra, mientras que ellos debían ser observados con telescopios por los seres humanos.

Furiosos y celosos votaron y tramaron un plan,  iban a reunir toda su energía para desplazar a la Luna de la órbita de la Tierra.

El día de luna llena, la Luna se preparó muy coqueta para salir con todo su esplendor a dar su espectáculo y saludar a todos sus fanáticos que la esperaban en la orilla del mar para admirarla.

Cuando la Luna terminó de despuntar por el horizonte, todos los Planetas comenzaron a  enviarle su fuerza de atracción, entonces la Luna comenzó a girar en forma de espiral y de repente desapareció, dejando la noche totalmente oscura.

Los habitantes de la Tierra sorprendidos empezaron a dar la noticia del extraño fenómeno.

Unos decían que eran las nubes que la habían tapado, otros hablaban de eclipses, es cuestión de tiempo exclamaban. Los perros comenzaron a aullar al unísono y la marea comenzó a retirarse tan rápidamente que dejó todas las rocas al descubierto.

La Luna sorprendida se encontró  en otra dimensión, lejos de la Tierra sin saber que hacer, sobre ella estaban unos astronautas que no entendían que había pasado y mandaban insistentes mensajes a la Tierra buscando una explicación.

Los Planetas contentos se reían de su situación pero ninguno había pensado en quien la reemplazaría.

Pasaron las noches y la Luna seguía sin aparecer, todo el mundo preguntaba por ella y ni siquiera los astrónomos sabían qué responder al extraño suceso.

Los Planetas se divertían, ahora que la Luna no estaba, ellos eran los protagonistas de las noches de la Tierra, Júpiter se jactaba de su tamaño, Saturno hacía relucir sus anillos, pero Neptuno, Marte, Urano, Venus y Mercurio comenzaron a preocuparse porque ellos eran los más pequeños.

La Luna todavía perdida no sabía que hacer y tenía miedo porque no conocía a ningún astro de ése sistema, hasta que de repente se cruzó con Plutón que estaba deambulando sin rumbo y la Luna se alegró.

- Vos sos Plutón? - le preguntó

 Plutón sonrió al ser reconocido y le contestó:

- Siii!! Hola Luna, pero que hacés vos por acá?

 La Luna le explicó lo que había pasado y Plutón se solidarizó con ella, pensó un rato y le dijo:

- Ya sé lo que pasó, fueron los Planetas, primero me discriminaron a mi por ser chiquito, me dicen planeta enano sabías? y ahora a vos por ser tan bella y estar más cerca de la Tierra, son unos egoístas!!

En la Tierra los seres humanos estaban muy preocupados, el cielo ya no era lo mismo sin la presencia de la Luna, todas las noches salían multitudes a esperarla pero la Luna no aparecía.

Mientras tanto los Planetas más pequeños empezaron a discutir con los más grandes por sentirse excluídos, amenazando que volverían a atraer a la Luna si no llegaban a un acuerdo.

Los astronautas muy asustados, sacaban fotos que enviaban a la Tierra para que los puedan ubicar.

La Luna y Plutón buscaban en una solución a su problema, hasta que la Luna dijo:

- Y si le preguntamos a las estrellas?

- Dale!! - dijo Plutón entusiasmado.

 Cada uno fue preguntando a todas las estrellas que se encontraban cerca de su órbita, hasta que La cruz del Sur, bien armónica les dijo:

- Por qué no le preguntan al Sol?, él es el único que tiene la fuerza para poder volver a alinearlos.

- Claro!, dijo la Luna, tenés razón.., pero cómo lo encontramos? preguntaron

- Yo los voy a ayudar - contestó La Cruz del Sur.

Los Planetas seguían peleando, no se ponían de acuerdo y cada uno iba modificando su velocidad para ser más grande y más admirado, pero movían tanta energía que cada vez se alejaban más de la Tierra y del Sol.

Mientras tanto en la Tierra todo iba cambiando, al no estar la Luna no sabían como medir el tiempo, los mares, las plantas y los animales estaban totalmente desorientados.

Una mañana el Sol salió brillante como siempre y encontró a todos los seres tristes, que le comenzaron a preguntar si no había visto a la Luna, el Sol sorprendido por la pregunta prometió que se iba a ocupar del asunto. Ese día hizo su trabajo y por la noche esperó a ver que pasaba, le llamó la atención que Mercurio se había alejado y que Neptuno estaba cerca, estaban todos los planetas que lo orbitaban desalineados.

Muy enojado les gritó:

-¿Qué está pasando acá? ¿Por qué cambiaron su posición? ¿Dónde está la Luna?

Los Planetas asustados no sabían que hacer, ninguno se hacía cargo de la situación, hasta que Marte le confesó lo que habían planeado. Cuando El Sol escuchó se  enojó tanto que comenzó a generar un viento tan caliente y fuerte que asustó a todos los Planetas, alejándolos aún más, los Planetas avergonzados le pidieron perdón y juraron que traerían a la Luna de vuelta al sistema, el Sol más calmado les explicó que lo que habían hecho era una locura, que por su egoísmo habían desequilibrado todo el sistema y qué ésa misma noche quería a la Luna de vuelta.

La Cruz del Sur, que estaba escuchando se apuró a contarle a la Luna y a Plutón que festejaron la noticia y casi chocan en un abrazo.

En la Vía Láctea todo comenzó a girar, los planetas se alinearon y pusieron toda su energía para atraer a la Luna, que apareció junto con Plutón muy elegante.

Venus tomó la palabra y en nombre de todos les pidió perdón y prometieron que nunca más  discriminarían a nadie por ser diferente, la Luna los perdonó y le propuso a todos salir junto a ella a dar un espectáculo diferente ésa noche.

En la Tierra todos observaban el oscuro cielo angustiados y de repente vieron un reflejo en el horizonte,  la Luna comenzó a salir junto a todos los Planetas y estrellas, y brindaron un espectáculo tan increíble que ése día el mundo volvió a sonreir. Los astronautas felices pudieron volver a la Tierra.

                                                                                           Fin

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